Amsterdam, la Venecia holandesa

Hasta hace unos años la ciudad de Amsterdam era casi una desconocida y no estaba tan «de moda». Yo he estado unos cinco días en la ciudad y la verdad es que me he llevado una grata sorpresa.

Los gallegos lo tenemos muy fácil para poder llegar, hace unos meses la línea de bajo coste Vueling vuela directo LCG a AMS en menos de dos horas y a precios bastante bajos. El aeropuerto de Amsterdam Schiphol es el tercero más grande del mundo y tiene conexiones con casi todas partes. Una vez que llegas a Schiphol la opción más recomendable y barata para llegar al centro de Amsterdam es el tren, que cuesta alrededor de 4 euros y tardas 30 minutos en llegar. En el mismo aeropuerto puedes comprar el billete y coger el tren que te deja en Centraal Station, la estación principal. Desde allí tienes posibilidad de coger metro, autobús, tren o tranvía dependiendo de a donde vayas. Para moverte por la ciudad lo mejor es el tranvía, en Centraal Station puedes comprar los billetes válidos para 24, 48 o 72 horas y cuestan entre 6 y 12 euros más o menos.

La verdad es que hay cientos de cosas que ver en Amsterdam, pero quizá lo más sorprendente sea el modo de vida y la ciudad en sí. No es como Roma o Londres por ejemplo, que hay cientos de museos y monumentos, aquí tienes 3 o 4 cosas que ver en sí. Amsterdam te invita a pasear, a observar, a vivir el día a día de los holandeses, tomar un café en Dam o concertar un paseo en lancha por los canales.

Lo que si no puedes perderte si vas es la casa de Ana Frank, el Museo Van Gogh y el RiijMuseum. El precio de la entrada es un poco alto en todos pero merece la pena. No te olvides del Red Light District, el famoso barrio rojo, es una visita obligada.

María Paz Caballero